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No todo es un camino de rosas

Con motivo del Día Internacional del Cáncer de Mama, este 19 de octubre, hemos reproducido una entrevista publicada a Cugat.cat y El Cugatenc a nuestra compañera Carme Roca, que hace tres años sufrió en primera persona esta enfermedad. Carme es una luchadora y un ejemplo para centenares de mujeres que cada día combaten el cáncer de mama que afecta 1 de cada 8 mujeres. Desde SC Trade Center queremos reivindicar su lucha.


¿En qué momento te enteras de que tienes Cáncer?
Fui a una revisión porque notaba un bulto en el pecho. Salí con la biopsia hecha y aunque no me lo dijeron, ya me lo veía a venir. Llegué a casa deshecha. Después me tuve que hacer muchas pruebas. El 23 de febrero me dieron el resultado a pesar de que yo daba por hecho que tenía un cáncer de pecho. El 8 de marzo empecé la quimioterapia. Entre un día y el otro me vinieron muchas cosas a la mente: desde cosas a hacer porque pensaba que me moría a arreglar temes legales. Lo más duro fue explicárselo a mis hijos. Cada cual lo vive a su manera porque son diferentes. Por suerte, la vida en casa ha podido continuar más o menos como antes del diagnóstico.

¿Cómo le explicaste a tu familia, fue muy difícil?
Sí, porque yo emocionalmente no estaba en condiciones para explicarlo sin llorar. Primero se lo explicamos a mi hija mayor y se lo tomo con mucha tristeza. Con ella lo explicamos al pequeño e intentamos no decir la palabra cáncer, pero cuando le explicamos la enfermedad, los dos nos preguntaron si era cáncer.

¿Y en el trabajo?
Muy bien. Lo supieron antes porque cunado fui a hacer la revisión tuve que estar más horas de las previstas y cunado dije que tenia cáncer, me sentí muy arropada por la dirección y por los compañeros y compañeras. De hecho, han aportado por mí, contratándome después de la sustitución que estaba haciendo. No creo que sea igual en todas las empresas.

A menudo el cáncer se asocia a la muerte, ¿fue tu caso?
Es inevitable, pero después te das cuenta de que hay mucha gente que lo ha superado. El oncólogo también te da unos porcentajes de esperanza de vida y de tratamientos, un escenario que no sabes si tu cuerpo soportará. La muerte fue mu presente durante los primeros días porque pensaba que me quedaba mucho tiempo para vivir y, de repente, vi la muerte muy encima.  Hasta que hice el clic. No me moriré, me quedan muchas cosas por hacer y esto lo tengo que apartar. No puedo vivir pensando en la muerte. Ahora valoro rutinas que antes no. Por ejemplo, para mí es muy importante salir cada mañana de casa, llevar a mi hijo a la escuela e ir a trabajar. Hasta que el cáncer no te toca de cerca, no se tiene en cuenta y, por ese motivo, cuesta implicarse.

¿Con que te has encontrado mientras tenías cáncer?
Durante todo este proceso te vas encontrando con trabas, inconvenientes y cosas que piensas, ¿tiene que ser todo tan complicado? Por ejemplo, el tema de la baja laboral, hay gente que se encuentra muy mal y, evidentemente, tiene que estar de baja, no puede ir a trabajar. En mi caso, para mí era muy importante mantener cierta actividad y poder continuar con mi día a día mientras yo me encontraba bien.

Porque el cáncer de mama, lo fuerte es que a ti te lo diagnostican, pero tu estas estupendamente, es decir, tu no es que enfermes porque te dicen que tienes cáncer de mama, empiezas a enfermar, te empiezas a encontrar mal a medida que va avanzando el tratamiento, que es básicamente lo que te hace estar mal. Entonces, pienso que tendríamos que replantearnos un poco muchas cosas, el sistema de bajas laborales que permita poder hacer una reducción de horario…Que sea más flexible. Después, otro de los inconvenientes también importante es la carencia de profesionales que hay, cuando empiezas a buscar los tratamientos, por ejemplo, en mi caso, el linfedema. Si te sacan los ganglios, tienes muchas probabilidades de desarrollar un linfedema. Pues no hay especialistas de linfedema, no hay especialistas fisioterapeutas oncológicos o hay muy pocos. Después, hay muchas terapias que se están probando que funcionan y no hay forma de llegar a ellas, porque no se ofrecen. Muchas de estas terapias, al final, tenemos que recurrir a iniciativas privadas.

Tus compañeros del SC Trade Center agradecemos el ejemplo que nos has dado durante este camino tan duro que has vivido. Tu fortaleza y valentía son inspiradoras y un recordatorio constante de la resiliencia humana.

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