La alimentación es determinante para mantenernos saludables y en forma, pero también juega un papel crucial sobre nuestro rendimiento laboral y nuestro desarrollo diario. Aunque acostumbramos a subestimar como los alimentos que comemos impactan sobre nuestra productividad, concentración, y bienestar general en el trabajo, bien es verdad que tienen un gran efecto, especialmente después de unas largas vacaciones con lo que cuesta volver a la exigencia de la rutina. Teniendo en cuenta todo esto, te explicamos cómo tu dieta diaria afecta a tu entorno laboral, y como puedes alimentarte para optimizar y mejorar los resultados.
La capacidad de mantener la concentración durante la jornada de trabajo depende principalmente de los nutrientes que se consumen por lo que podemos escoger alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como por ejemplo el salmón, el atún, la sardina, las nueces y la chía, que ayudan en ese aspecto.
A veces, después de desayunar sentimos una bajada de energía, esto puede venir provocado por el consumo de alimentos con alto contenido de azúcar, como dulces, zumos envasados o refrescos, entre otros. Estos alimentos causan incrementos rápidos de glucosa normalmente seguidos de una caída brusca, lo que provoca fatiga y somnolencia. Mantener una dieta equilibrada basada mayoritariamente en vegetales, verduras, legumbres y proteínas de calidad, te ayudará a evitar la fatiga.
Además, debemos tener en cuenta la necesidad de una buena hidratación, lo cual nos permitirá tener un buen rendimiento laboral. La deshidratación puede afectar significativamente la capacidad de concentración, disminuir la productividad y aumentar la sensación de cansancio. Beber agua es clave, especialmente si trabajas en ambientes cerrados o con aire acondicionado, que aceleran el proceso de deshidratación.
El café también tiene un impacto importante en el trabajo. Su consumo excesivo puede afectar negativamente el rendimiento. A pesar de que es cierto que la cafeína es un estimulante, toma demasiado café puede provocar nerviosismo, ansiedad, e incluso afectar la calidad del sueño, que consecuentemente se ve repercutido en la capacidad de concentración y energía.
Se tiene que intentar evitar el llamado “mindless eating” o comer por aburrimiento. En el entorno laboral, especialmente en las oficinas, es fácil caer en la trampa de comida por aburrimiento y sin hambre, ya que con esta acción, normalmente se consumen alimentos poco nutritivos y muy calóricos que afectan el bienestar y el rendimiento.